Comenzamos a mirarnos sin mirarnos.. evitando tocarnos por que quemaba, los suspiros se mezclaban con densa respiración y tratando de no encontrar certezas nos fuimos encontrando. Sin querer, desde el centro de ese abrazo escuchamos música, una que no habíamos escuchado jamás, no nos animábamos pero ya no había que animarse, ya los cuerpos hablaban sin necesidad de decir una palabra, ya estaba todo dicho. Fue mágico y misterioso, como lo son esas tardes/noches de amantes.. y ya no valía la pena hacer ninguna pregunta. Salvar el error, hacer de cuenta que no pasó nada, decir que no es como dicen, buscarle la vuelta para que no quede evidencia, quedarse callado, tratar de no dar explicaciones, sentir en lo más profundo que ese momento de debilidad quizás fue el que me cambió el rumbo en 180°, querer sentir que nada es casual, que la vida te va poniendo cosas al frente para que actúes de determinada manera, que no siempre se recibe lo que se espera, que no siempre se da lo que se quiere recibir, seguir intentando que lo grave no sea tan grave, tratar de pilotear, sentir que cada uno de estos golpes hace una herida mas profunda pero que al fin de cuentas, no duele tanto como el anterior.. todo eso, y más, es lo que me da vueltas por el cuerpo, me ensucia la sangre, pero no me gana y no me va a ganar.





Tantas tardes, tantas noches, y no me arrepiento de NINGUNA. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

piripirirpirpiPI...